Si se le puso chúcara la mula y la botó al barro levántese de un brinco y móntese de vuelta que la vida no se acaba y lo que no nos mata nos hace más fuertes. Eso sí, tómese un par de segundos para maldecir a la mula, al camino o al primo de su abuela que le puso mal la silla para empezar. Tenga claro una cosa: usted no tiene la culpa. Todas las personas en todas las partes del mundo se han caído de la mula alguna vez. Lo que importa es levantarse. Revise las correas y si hace falta amárrese a esa hijueputa mula para que a la vida le quede claro de una vez por todas que usted llegó para quedarse y que no hay barro suficiente en este mundo para que usted renuncie.
jueves, 14 de junio de 2007
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2 comentarios:
muchas gracias, piel de lluvia :)
Arre Sulabatsú!!!
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