Me sobraban ganas
me faltaba perversión.
Y como quien no quiere la cosa
comencé a pasear mis vagones sobre tus durmientes.
Lo reconozco,
era inevitable la colisión.
Tu risa nerviosa brincaba de un lado a otro de la acera
a ratos pregunta
a ratos invitación
Me froté las ganas contra otros cuerpos
mientras me observabas
tan de cerca que escuchaba tu respiración
A veces no hace falta tocar un cuerpo para besarlo
A veces, se goza más el deseo, la distancia, la obsesión
viernes, 15 de junio de 2012
Obsesión
Publicadas por Margarita Salas a la/s 3:28 p.m.
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