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martes, 27 de noviembre de 2007

Jaque

Ustedes están sentadas del otro lado del tablero, relamiéndose los bigotes porque creen que su brillante intelecto y capacidad de estrategia les permitió comerse a la reina. Primerizas, ingenuas, arrogantes. No es más que un movimiento de muñeca el que realizaremos para ponerlas en jaque, y luego a esperar pacientemente que su propia histeria ineficiente declare el jaque mate. Game Over.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Amores de cuatro patas


Vos toda la vida te has negado a maternar. Como sos la segunda de la familia, te has dado el lujo de que tu hermana mayor sea la que pasa las noches en vela esperando a que a vos o cualquiera de las menores les diera la gana llegar de vuelta a la casa. Pero resulta que accedés a que entre en tu reciente nido de amor un amor de cuatro patas. Te convencés de que es para darle gusto a la otra que tiene esas prosaicas necesidades maternales, pero en el fondo tenés una inconfesable curiosidad por ver si lográs al fin sobreponer ese histórico desencuentro entre el mundo canino y vos.

Después de que recién estás logrando rodar por el suelo con el animalillo y constatar que sus dientes de dos meses no están destinados a quebrarte los huesos un día se enferma. Vos la llevás a quien suponés es el mejor veterinario, pero resulta que el tipejo es el mejor ejemplo del dicho "cría fama y échate a dormir" porque por poco te mata a la perrita que tuvo que ser salvada por una adorable veterinaria en una cirugía de emergencia. Vos que nunca has estado siquiera dentro de un hospital te mordés las uñas de la ansiedad y no lográs respirar hasta que el saquillo de arrugas otra vez persigue su juguete favorito, también conocido como tus medias.

Es inevitable: los animales nos hacen mejores personas.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Comida de elevador

Comida de elevador. De esa que no te permite saber en qué parte del mundo estás y que va perfecta con la decoración anónima e "internacional" que colocan las cadenas hoteleras en sus paredes. Algo de color sin cruzar los peligrosos bordes de la idiosincracia local. Etnicidad globalizada para llevar. Como Putumayo. Fuentes de ensalada, almuerzos calentados en recipientes metálicos al vapor, carnes, pastas y gaseosas. ¿Y dónde putas están las pupusas, la cola champán y los tamalitos con queso y loroco? ¿Cuántas capas de cemento tengo que arrancar para encontrar a San Salvador en medio de estas ruinas llenas de centros comerciales y autopistas? Seño, es que es muy peligroso el centro, me contestan en voz baja los organizadores, pero mire, en esta tienda (Zara) venden ropa muy galana. Efectivamente, la cultura autóctona y la realidad local siempre han sido muy peligrosas para la aplanadora global. Mejor seguir comprando en las Zaras de todos los países, seguir comiendo de las fuentes de maíz amarillo enlatado, borrar de la memoria esa leyenda de la señora con delantal sucio que palmea pupusas y abrirnos a las maravillas del desarrollo. CTRL+ALT+DEL