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viernes, 23 de febrero de 2007

Ellas también

Un día se cansaron de trabajar mucho y recibir a cambio solo quejas, entonces se juntaron en una cafetería a escribir en mantelitos de papel sus sueños con tiza. Apostaron desde el reloj de la abuelita hasta la plata de las cervezas porque querían una casa colaborativa con un árbol sembrado en el centro y sillones rojos donde sentarse a inventar rayuelas y bolas del destino para Centroamérica. Estas mujeres son mi vida y hoy celebro con ellas que de tanto estirar los brazos por fin movimos las estrellas. Y ahora, cuando llegan las llamadas, los proyectos y las entrevistas en televisión sonreimos como reinas, como si algún día hubiésemos tenido certeza. A veces la vida se porta agradecida con quienes gastan sus únicos colones en la improbable tarea de ser felices con frecuencia.

sábado, 17 de febrero de 2007

El garaje

Hubo un tiempo en que medía menos que la jirafita de las farmacias y lograba pasar la cabeza por entre las barras del portón del frente de mi casa. En esos años gloriosos donde me fiaban chocoletas y picaritas en la pulpería de doña Gema, también vivía en mi casa mi mamá. La mayor parte de mi abundante energía estaba dedicada a amarrar vecinitos al palo de mango del patio, convencer a mi primo para que pedaleara la bicicleta conmigo guindada en patines o disfrazar a mis primas de travestis en el Carnaval de Río de Janeiro privado que organizaba en mi cuarto.

Pero habían días en que mi corazón de ocho años se llenaba de odio y entonces se ponía en funcionamiento esa región oscura del cerebro destinada a maquinar las más terribles venganzas infantiles. ¡Pagará por esto!, murmuraba yo en voz baja mientras empacaba mis haberes en un morralito del tamaño de una cuarta, cuando sepa que no estoy llorará y no podrá jamás recuperarme, se preguntará dónde estoy y sabrá que fue su responsabilidad por haber sido tan injusta conmigo, y me reía satisfecha... escondida en el garaje detrás del Honda Civic ´84 color verde botella.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Semántica

Escucharte se me ha vuelto segunda naturaleza. Está junto al resto de mis pequeña rutinas placenteras: tomar café negro y caliente, leer a las bloggeras habituales y asomarme a tu puerta para hacerte preguntas inverosímiles que por suerte vos todavía me contestás. No sé por qué, pero se me ha vuelto una urgencia navegarte como si fueras un laberinto de canales semánticos.

Salon de l´Amour & de la Séduction

El fin de semana antes del confitosamente asqueroso San Valentín, en Montreal sucede algo con lo que yo he soñado despierta muchas veces, pero jamás pensé que podía existir: El Salón del Amor y la Seducción. Esta feria hedonista donde se exhiben y demuestran en vivo un trillón de productos, métodos y habilidades para el PLACER, así con mayúscula, en todas sus formas, para todas las variantes, orificios y superficies y necesidades posibles.

Esta experiencia solo es superable por la humilde fantasía de soñar con convertir la maldita conferencia episcopal en sede permanente de esta actividad tan educativa.


www.amouretseduction.com
http://www.hour.ca/news/news.aspx?iIDArticle=8340

martes, 13 de febrero de 2007

Un café con tozudez, por favor...

pidió la muchacha de sonrisa dulce sentada del otro lado de la mesa. Pero el gesto facial posiblemente fue solo un reflejo muscular, porque hasta ahí llegaron los pocos gramos de dulzura que traía consigo. Cruzó los brazos como quien avisa que aunque sigan saliéndole palabras de la boca, el diálogo se acabó ahí. Para colmo de males ninguna de las otras comprendimos esta evidente señal e insistimos en llover sobre mojado unos 40 minutos más, en monólogos intercalados sobre todas las posibilidades y alternativas que podrían quizás-tal vez-por favor hacerla reconsiderar su decisión. Se asentó un oscuro silencio, cuando por fin comprendimos que la sangre en sus ojos no encontraría paz hasta que pudiera descargar su ira sobre otras que no éramos quienes compartíamos mesa esta noche. Efectivamente, la venganza no acepta sustitutas.

viernes, 9 de febrero de 2007

Coco

Ayer por fin nos sentamos Coco y yo a tomarnos la cerveza que hemos postergado por tantas semanas. Coco como de costumbre estaba llena de historias teñidas de auto-censura que poco a poco me fue poniendo sobre la mesa para que yo se las blanqueara y pudiera sacarlas a pasear a la luz pública. No deja de enternecerme ver a este mujerón tan nerviosa y self-conscious pensando que yo voy a pensar quien sabe cuantas barbaridades sobre su political incorrectness. A medio camino se ríe, se relaja y se acuerda que está en territorio amigo y que puede guardar la sombrilla porque aquí no le va a llover.

Inevitablemente y como quien no quiere la cosa me pregunta por esa amiga común que tanta falta le hace pero cuyo nombre se niega a pronunciar en voz alta. Ay Coco, cómo te duele! ¿Por qué será que a veces nos obligamos a hacer cosas sin querer? (cantaría la Torroja...) A la mesa sigue llegando más cerveza y mientras hablamos de una amiga tuya la que camina con cuidado soy yo, no vaya a ser que se me note más interés del debido, luego de que he jurado lo poco que la pienso y lo rápido que se me ha olvidado que existe.

Conforme avanza la noche comienzan las confesiones de ambos lados de la mesa: sí, de vez en cuando salgo con él, pero sobre todo es por los amigos comunes; sí, ya sé que estoy jugando con fuego, pero también es culpa de ella. Y así, nos dedicamos a darnos excusas mutuas para justificar, a veces la falta de voluntad, a veces la re-incidencia intencional.

Cocó me regala bienes preciados y en extinción: ligereza y levedad. Es tanta la gente que se/me toma tan en serio que la verdad no sé cómo he hecho para sobrevivir el último año sin Cocó.


ellas

que por salvarnos la vida se juegan la de ellas,
que con una mano van corriendo las pesadas cortinas de la testaruda legalidad y con la otra enhebran hilo para zurcir los entuertos que le causa ese sistema de mierda a tantas mujeres.
A ellas las saludo y les mando un abrazo,
porque se han atrevido a dar los pasos adicionales
que separan a quienes se quejan de quienes realmente resuelven .
Largos y llovidos días para que esa madreselva que plantaron no deje de crecer.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Hijos de mal semen!!!

http://www.elnuevodiario.com.ni/2007/02/07/nacionales/40741

¡¡¡Malditos, hipócritas, asesinos,
estúpidos, irresponsables, retrógrados, oportunistas, asquerosos, corruptos, manipuladores, imbéciles, mojigatos, tiranos, ignorantes, oscurantistas, déspotas, carniceros, desgraciados, hijos de mal semen!!!
Espero que cada voto que ganaron a costa de nuestras vidas se
transforme en una cascada de ácido que los desolle vivos.





martes, 6 de febrero de 2007

el bosque

medio paso atrás es todo lo que una ocupa para dejar de darse contra las ramas y poder ver el bosque. Anoche mi bruja predilecta tuvo la bondad de mezclar las porciones justas de alcohol, sarcasmo, tabaco y buena compañía. Salud, flaquita, por nosotras las malas que estamos tan buenas!

lunes, 5 de febrero de 2007

Anni

si esta peli tuviera soundtrack hoy sonaría
la furiosa guitarra de Anni

"...feels like reckless driving when we're talking
it's fun while it lasts, and it's faster than walking
but no one's going to sympathize when we crash
they'll say "you hit what you head for, you get what you ask"
and we'll say we didn't know, we didn't even try
one minute there was road beneath us, the next just sky

i'm sorry i can't help you, i cannot keep you safe
i'm sorry i can't help myself, so don't look at me that way
we can't fight gravity on a planet that insists
that love is like falling
and falling is like this."
AnnidiFranco

plop - crac - crac

ese es el sonido de mi cerebro cuando se desmaya por sobrecarga de ruido. Tus palabras repiquetean como un abejón que insistentemente se da contra las ventanas de mi aparentemente escasa empatía. Conforme vas hablando siento que estalla el epicentro en la base de mi columna y se me transforma la espalda en un enjambre de músculos engarrotados. Pasa la marejada y quedo tirada en las orillas de mi oficina, con la batería a punto de agotarse. Arrastro gradas arriba los restos de mi persona y tres picheles de café después, comienza a conectarse de vuelta la señal.

note to self: estos cueros no están hechos para la lluvia ácida

domingo, 4 de febrero de 2007

y bailamos

hasta que te quedaste sin aliento. Una vuelta tras otra yo te canté a conveniencia las letras de alguna salsa y vos te reiste. Cualquiera habría creido que se te quitaron las ganas de arrancarme la cabeza. Mientras un cigarro te ayudaba a recuperar fuerzas, yo dejé que otras caderas me marcaran los pasos. Esta noche el roncito oscuro y la fauna de otras mesas fue analgésico suficiente para calmarte la furia. A veces no sé si creerte que has depuesto la guerra y te miro de costado tratando de adivinar si tenés los ojos color paz o color estrategia.

viernes, 2 de febrero de 2007

Más allá del diálogo

Qué costumbre más innecesaria tienen las personas de querer adueñarse del deseo de una. Me parece francamente insoportable. Nunca he entendido los celos, pero me resultan aún más incomprensibles cuando me reclaman lo que potencialmente podría hacer, lo que creen que pienso hacer o le que digo que quiero hacer cuando estoy dormida.

Siendo el deseo una maravilla intangible que no se divide sino al contrario se multiplica cuando entran más personas en la escena, soy incapaz de procesar la necesidad de desarrollar un diálogo en los tres actos y cerrar el telón.

Vos: ¡estabas pensando en otra mientras cogías conmigo!!!!
Yo: ¿quién coños te dijo que yo cuando cojo pienso?

jueves, 1 de febrero de 2007

vos

que no sos para nada mi tipo, me tenés hecha una sopa. Nunca te he mordido las caderas y sin embargo podría jurarte que recuerdo cómo saben. Doy vueltas alrederor tuyo con las excusas más improbables que he escuchado. Quiero grabarme los contornos de tu cuerpo en las manos para ver si dejo de cogerme a otras cuando me asalta de improviso ese antojo irrefrenable de besarte el cuello.

pele de chuva

porque quiero sentir la piel mojada
por dentro y por fuera
que resbale liviana sobre mi piel la lluvia
como si nada importara pero todo dejara huella
que se imprima sobre mi piel
la huella de mil aguaceros
para que cuando esté seca
cada gota fortuita le traiga
la nostalgia dulce de la abundancia